En esta casa desierta vivía un hombre con su familia. Se dice que era un monje, pero algunos afirmaban que hacía y decía cosas incomprensibles y extrañas. Todo fue normal hasta abril, cuando se produjo el eclipse solar. Los gritos se escucharon desde la casa de los vecinos del pueblo vecino. Se dijo que había sacrificado a su familia y nadie pudo saber nada más, hasta que el estado envió hace dos días a uno de mis compañeros investigadores para averiguar qué pasó. Sin embargo, aún no ha regresado y hoy lo descubriré todo yo mismo...